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Todos tenemos derecho a un descansito

Todos tenemos derecho a un descansito. Llevo días, pensando en que escribir, ¿es posible que se nos vaya la inspiración? ¿ es posible que alguna vez y por varios días no tengamos nada que contar? Es posible que nada en la vida nos ocurra o más bien de lo que nos ocurra ¿no queramos comentar nada?

descansito

Podríamos decir que esto es debido a varias causas;

1.- Lo que nos ocurre no es tan importante como para contarlo

2.-Que no queramos compartirlo, por ser algo muy íntimo

3.-Que estamos tan ocupados con otras cosas y esstresados en nuestro trabajo que nos esté absorviendo por completo nuestro tiempo y energía.

4.-Que estemos apáticos y cansados, en medio de una astenia primaveral

5.-Que estemos de mal humor y no queramos compartir esta mala energía con nadie ni transmitirla, ni darle fuerza

6.-Que somos tan felices que nos desborde todo y sólo pensemos en disfrutar

7.-Que estamos tan desmotivados por la vida, que hayamos tirado la toalla

8.-Que nos tocó la lotería y estamos de año sabático

9.-Que estamos con una crisis de identidad y todo nos parezca extraño

10.-Que nos hemos dado unas vacaciones de pensar.

Puedo decir que a mí lo que me pasa es una mezcla de todo un poco, sin loterías, ni tristezas, simplemente he querido darme unas vacaciones mentales.

Por que creo que tenemos derecho en algún momento a hacernos a un ladito, arrinconarnos en un lugar tranquilo, reposar la cabeza en el cojín y no pensar ni esforzarse más que lo justo.

Todos tenemos derecho a un descansito, de las obligaciones, de pensar, de actuar, de decir o hacer….todos tenemos derecho a relajarnos sin exigirnos demasiado.

Y si te ha gustado, tomate un segundo para compartirlo en tus redes sociales, difunde el mensaje y si  haces un comentario, será bienvenido y lo tomaré como un gran halago! ;) ♥

Dibujos de Nicoletta Ceccoli 

4 comentarios sobre “Todos tenemos derecho a un descansito

  1. Cierto… que buen post.
    Cuando nos metemos en la borajine productiva, estudiar, sacar proyecto, consecución de objetivos, ganar dinero blablablabla.
    Al final NOS PETA EL CEREBRO y es peor el remedio que la enfermedad.
    Covey en los 7 hábitos cuenta el cuento de la gallina de los huevos de oro para explicar el concepto equilibrio entre «producto» y «capacidad productiva».
    Si solo nos centramos en el producto (hacer) y no cuidamos nuestra capacidad productivda (nosotros mimos), al final es el propio P y la CP las que se ven afectadas por el ritmo frenético.
    Total… TENEMOS DERECHO A UN DESCANSITO ><

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