El ego nuestro gran enemigo?
Esta es una gran pregunta que me hago yo en estos momentos de mi vida, ya hace un tiempo que cayó en mis manos el libro de “Un curso de milagros” Un libro revelador que ciertamente yo veo como una continuación de Metafísica 4 en 1, de Conny Méndez, el cual adoré en su día y sigo adorando.
Pongo a la práctica cada día, la metafísica y hace un tiempo renegué de ella, la olvidé, me perdí lo sé, pero doy gracias a volver al camino. Para mi fue uno de los libros que cambió mi vida en su día y sigue la cambiando todavía hoy.
En “Un curso de milagros”, se explica amplia-mente que el ego es nuestro mayor enemigo, y a mi entender es el precursor de las disputas entre iguales, peleas familiares, peleas entre amigos y mucho más amplia-mente la peleas entre los mundos.
El ego es eso que pretende decirnos quienes somos, el ego es quien nos anima a tener una o varias cuentas en las redes sociales donde hacer pública nuestra vida, esperando cada día los gran ansiados “Like” por parte de otros que lo alimentan al igual que nosotros alimentamos el ego de otros.
Esa parte de nosotros inquieta, que hace que queramos más y más, esa parte que pisotea a cualquier otro para estar en la cima.
Tengo que decir por supuesto que en cada uno el ego tiene un tamaño diferente, dependiendo del tipo de persona que seas, a veces somos personas generosas en algunos aéreas de nuestra vida y alguna otra está inmensamente repleta de ego.
Ojo no me malinterpretéis, no estoy criticando a nadie ni metiéndome con el ego de nadie, no es mi idea. Simplemente me parecía importante recordar y sobre todo recordarme a mi misma, que el ego no me beneficia en nada, que el ego no forma parte de mi en realidad, es algo que cree un día por alguna razón que no recuerdo y que si lo mantengo guardado me siento mejor. Si lo mantengo acallado, me siento en paz, estoy aprendiendo a silenciarlo y si a veces no puedo hacerlo, al menos se identificarlo y le quito importancia a lo que él reclama. Si me pillo insultando, criticando a otros, lo identifico y le digo lo triste que es.
Y así día a día voy aquietando su furia y su ira, día a día lo voy serenando y me siento en paz por ello, me siento mas ligera, trato de no juzgarlo, sólo trato de determinar en cada situación en la que aparece para así reconocerlo y sin juzgarlo lo hago desaparecer poco a poco, sin prisas, sin saña ni dureza y mucho menos sin lamentos.
Habría que mirar dentro de cada uno cuanto de ego nos hace falta para vivir, cuanto nos perjudica y echa a perder en nuestras vidas, cuanto de bien hace por nosotros y darle el valor correcto y que realmente se merece.
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felicidades , tienes razon hay que saber diferenciar el yo espiritual es decir el del corazon del yo material que nos envuelve en dudas e intenta hacer que no veamos ni oigamos al corazon, enhorabuena gran articulo
Muchas Gracias!! 😉